Manejo costero:

Tipos de manejo costero implementados
en la Provincia de Buenos Aires

El manejo de las áreas costeras se ve en líneas generales supeditado a las condiciones socioeconómicas que afronta cada Municipio y a las posibilidades de acceder a asesoramiento técnico idóneo para llevar a cabo planes integrales de manejo de los recursos naturales. En la mayoría de los casos las obras de defensa de costa han sido llevadas a cabo sin contemplar las consecuencias ambientales que traería aparejada la ejecución de dicho emprendimiento. En otros casos se desconocen los procesos físicos naturales y en consecuencia los proyectos urbanísticos carecen de la adecuación necesaria sobre las condiciones hidrodinámicas del medio natural.

Considerando el manejo aplicado en Estados Unidos, Pope (1997), definió cinco clases funcionales: acorazamiento, moderación, restauración, abstención y adaptación. El modelo mencionado enmarca las soluciones para los problemas de erosión de costa y/o playa y puede ser adaptado a la problemática ambiental de la provincia de Buenos Aires.

En la tabla siguiente se representan los tipos de defensa costera y/o estrategias de manejo utilizadas en las distintas localidades del sector costero de la provincia de Buenos Aires y su agrupamiento según la clasificación de Pope.


Tipos de clases funcionales de manejo costero aplicados en la provincia de Buenos Aires (López y Marcomini, 1998).

 

En la figura anterior se muestra la distribución a lo largo de la costa de las distintas metodologías empleadas para conservar los recursos costeros. De la misma se desprende que la mayor parte de las obras de defensa de costa se hallan en el sector comprendido entre Mar Chiquita y Miramar y son obras duras que consisten en espigones rectos y en T y en algunos casos escolleras en gancho (playa Varese). Son frecuentes asimismo el emplazamiento de montículos de bloques de cuarcitas en la base de los acantilados colocadas con el fin de disminuir el retroceso de la costa. En el sector en estudio hasta el momento son escasas las obras rígidas, se han relevado estructuras de protección reflectivas en el frente de los balnearios, como paredones verticales e inclinados que impactan en forma negativa, protegiendo el balneario de las sudestadas pero aumentando la erosión en los sectores de playa aledaños. Las tareas de reconstrucción de dunas han sido aplicadas con mayor intensidad y planificación en el Municipio de la Costa y en menor medida en Mar Chiquita. En el área de estudio, si bien existen algunos emprendimientos particulares, no se ha realizado hasta el momento un plan integral de reconstrucción de dunas.


A continuación se describen las clases funcionales definidas por Pope (1997) y su aplicación en la provincia de Buenos Aires.

El término acorazamiento se empleó en aquellos casos en los cuales se intentó establecer un límite físico al retroceso, utilizando estructuras de defensa tales como: paredones verticales, paredones inclinados, revestimientos, albardones y diques. Asimismo se diferenciaron dos subgrupos los estables, es decir aquellos cuyas estructuras son duras y están diseñadas para tener una estabilidad temporal tales como aquellos construidos con hormigón o rocas y removibles como tubos de geotextil y bolsas de arena (López y Marcomini 2005). Para el subgrupo de los dinámicos, Pope (1997) cita los revestimientos de grava que hasta el momento no fueron puestos en práctica en ninguna de las localidades en cuestión.

Estas obras de defensa han sido aplicadas en distintas localidades en costas cohesivas (Santa Clara del Mar, Camet - Mar del Plata - Miramar) y de dunas (Las Toninas, Santa Teresita, Mar del Tuyú, San Bernardo y Mar de Ajó). El impacto más significativo al medio físico esta dado porque la erosión rápida y crónica que afecta a los sedimentos, no es amortiguada por este tipo de estructuras, provocando el desarrollo de perfiles de playa más abruptos, aguas más profundas y alcance de olas más altas especialmente en los ciclos erosivos asociados a las tormentas.
Las alteraciones más frecuentes causadas por la utilización de este tipo de estructuras son :

- Modificación del perfil de equilibrio entre la zona continental y playa , tanto en costas cohesivas como de dunas. Se produce una disminución en el aporte del material de la zona protegida (acantilado o duna) y una disminución en la saturación de sedimentos aguas abajo.

- Fenómenos de reflexión que producen las estructuras en el sector de playa, el mismo es intensificado durante las tormentas, sumado a la mayor altura de la ola, lo cual incrementa el perfil erosivo de la playa, disminuyendo el nivel en los sectores frontales a las estructuras de defensa.

- Reflexión en los bordes de las estructuras durante las sudestadas o mareas extraordinarias. En estos casos la línea de ribera alcanza las estructuras agravando la erosión. Se produce un efecto de socavamiento por difracción en los laterales, que no se propaga en el resto de la playa, pero que provoca la pérdida de estabilidad de la estructura de defensa en los límites laterales. Ejemplo Mar del Tuyú.

- Modificaciones de la línea de costa por erosión diferencial, o sea costas rectilíneas que evolucionan por erosión diferencial a costas con sectores protegidos y no protegidos.

Otra clase funcional empleada es la moderación, la cual tiene como objetivo disminuir la erosión de los sedimentos de playa en un área proyectada y moderar los riegos. Las estructuras estables utilizadas son espigones y montículos. Se aplica en áreas donde el problema es la erosión crónica producto de una pérdida en la disponibilidad de sedimentos. No son utilizados con el fin de proteger la costa de la acción de las tormentas pero sí para recuperar la playa. Aunque en forma directa muchas estructuras protegen la playa distal. Esta clase funcional ha sido aplicada en las localidades con un mayor desarrollo poblacional y socioeconómico, favorecidas por la cercanía a las fuentes de aporte del material rocoso (cuarcitas) y por la mayor sustentación de la estructura dada por las características geológicas de la costa (Santa Clara del Mar, Mar del Plata y Miramar). Los efectos registrados por estas estructuras, si bien han originado en muchos casos importantes recuperaciones en los volúmenes de sedimentos de playa, han producido un efecto adverso en localidades aledañas afectadas por una mayor pérdida en la saturación de la deriva litoral aguas abajo.
Estas estructuras traen aparejados problemas ambientales tales como:

- Subsidencia de estructuras, este efecto se ha observado en los espigones de bloques de cuarcita asentados sobre las playas arenosas, cuyos bloques por efecto del socavamiento y lavado se hunden. De esta manera la estructura presenta una pérdida progresiva de su altura y con ella la efectividad ingenieril proyectada para la misma. En otros sectores la carga de estas estructuras puede asimismo agravar la subsidencia local, especialmente en áreas donde los sedimentos arenosos cubren planicies de marea arcillosas compresibles como en el sector Punta Rasa, Bahía Samborombón y sectores internos de la Laguna de Mar Chiquita.

- Subsaturación del flujo con la consecuente erosión de sectores aledaños deriva abajo.

- Asentamiento de ecosistemas biológicos alóctonos. En playas arenosas en las cuales se han construido espigones rocosos, existe una rápida colonización de especies adaptadas a fondo duro que compiten y condicionan el normal desarrollo del ecosistema de fondo blando.

Dentro de las estructuras removibles se han utilizado bolsas de arena para recontrucción de bermas de playa y barreras artificiales para la reconstrucción de dunas costeras y playa. En todos los casos donde se aplican sobre la playa las mismas son temporarias y son proyectadas para ser removidas al comienzo de la temporada veraniega (por ejemplo Mar del Tuyú y Costa del Este).

Entre las técnicas dinámicas se ha aplicado la vegetación de dunas, la utilización de esta metodología presenta un delicado criterio de aplicación, ya que existen numerosos ejemplos en nuestras costas de los perjuicios que provocó la estabilización de la duna costera por especies arbustivas como Tamariscos y Acacias (Marcomini y López 1995 e Isla et al 1998). Este tipo de tareas es aplicable para sectores de costa con altos rangos de transporte eólico hacia el sector continental o para estabilizar dinámicamente dunas reconstruidas (por ejemplo San Clemte del Tuyú, Las Toninas, Santa Teresita, etc). Recomendándose en todos los casos la utilización de especies autóctonas principalmente gramíneas y no arbóreas.

La restauración involucra la planificación de obras ingenieriles de mayor costo tendientes a introducir sedimentos en un sector de playa para mitigar la erosión crónica y generar un depósito que proteja la playa distal de la erosión provocada por futuras tormentas. Es el único manejo que tiene como objetivo saturar de sedimentos las corrientes del sistema litoral.

El ejemplo más representativo es el caso de la recarga de playa (ver fotos) que se efectuó en Mar del Plata, en las playas de Varese, Grande y La Bristol, donde se volcaron aproximadamente 2.000.000 m3 de arena para ampliar en más de 100 m los anchos de las playas mencionadas. Sin entrar en detalles de los impactos ambientales que esta obra produjo (Marcomini y López, 2000 y 2006), representa un importante cambio en la política provincial para abordar problemas de erosión costera considerando el potencial turístico de los espacios de recreación.

Por el carácter dinámico de este tipo de proyectos es que en esta clase no existen expresiones en técnicas estables y renovables.

También se han realizado otros episodios de recarga pero de menor magnitud que abarcan las tareas de reconstrucción y estabilización con vegetación de dunas costeras, con el objeto de restaurar las condiciones originales que le daban estabilidad natural a las playas (Las Toninas, Mar del Tuyú y Mar de Ajó). En los sectores de la costa donde esta clase funcional fue aplicada, por lo general el material se emplaza en la playa distal, donde los resultados son más notables y los beneficios inmediatos.

En otras partes del mundo se han obtenido muy buenos resultados recargando simultaneamente los sectores de playa emergida y directamente la barra de rompiente (Charlier y Meyer 1997).

En la clase funcional correspondiente a la abstención no se realizan obras. El Municipio decide, luego de evaluar las posibilidades económicas, sociales y las limitaciones del medio físico, aplicar la toma de decisión política del “no accionar”. Por lo general no existe una solución económica viable para resolver los problemas serios de erosión. La misma puede tener carácter temporal.

La aplicación de la adaptación como clase funcional surge de un detallado conocimiento de todas las variables que actúan (sociales, culturales, económicas, físicas, bióticas, etc.). Se implementan políticas y restricciones para orientar a las actividades humanas a adaptarse a las posibilidades y limitaciones del sistema costero natural. De esta forma no se continúa con la modificación del ciclo de erosión-acreción natural. La adaptación incluye la zonificación de riesgo de los distintos sectores de costa, en donde el uso humano del territorio debe aceptar las consecuencias de su desarrollo en la playa, para no aumentar el deterioro provocado.

Estrategias para la gestión y la legislación

De la evaluación de las características naturales regionales, las restricciones de los sectores de aporte de sedimentos y las interrupciones de la dinámica litoral a la largo de la costa bonaerense, se elaboraron lineamientos principales para llevar adelante estrategias de carácter regional.

Para abordar la problemática de erosión según la zonificación propuesta en el capítulo de riesgo de erosión costera y de playa, se proponen estrategias locales para la mitigación de este proceso, aplicando tareas generales y especificas.
Con el objeto de darle continuidad a los trabajos y aumentar su eficiencia se deberán llevar adelante tareas de monitoreo, evaluación y mantenimiento de las obras.

Estrategias Regionales

Se entienden como estrategias regionales la planificación costera y regulación de usos del recurso playa a nivel provincial o nacional. A continuación se señalan las mediadas a aplicar:

Interactuar con las distintas dependencias provinciales (Obras Públicas, Hidráulica, Política Ambiental, Cámara de Diputados y Senadores, etc.), en lo relacionado a decisiones sobre obras, legislación, presupuestos, y demás medidas que afecten en forma directa o indirecta a la costa Geselina.

Participar en la determinación de medidas de defensa de costas en el litoral Bonaerense ante la Secretaría de Obras Públicas, fundamentalmente aquellas relacionadas con interrupción de la deriva litoral (espigones, rompeolas, etc.), e inhibición de las fuentes de aportes (acorazamiento de los acantilados), como así también los nuevos emprendimientos portuarios, tanto deportivos como comerciales.

Trabajar sobre la creación de normativas específicas para evaluaciones de impacto ambiental en zonas costeras con la obligación de tomar datos primarios, considerando los distintos subambientes de playa, el retroceso de la línea de costa y las tendencias futuras de comportamiento.

Crear ordenanzas para retiro de la construcción en dunas costeras, aportar información propia del comportamiento de la línea de costa para ajustar las reglamentaciones de retiro a las necesidades reales de Gesell.

Creación de foros regionales, legislación y compromisos con las localidades balnearias vecinas.

Gestionar por la prohibición de actividades mineras, en sectores de playa y duna costera costera de la Pcia. de Buenos Aires.

Participar y gestionar la creación de partidas presupuestarias provinciales y nacionales, para implementar el presente plan de manejo costeros.

Crear planes de educación para el crecimiento y uso sostenido de los recursos naturales en ambientes costeros a nivel provincial y municipal.

- Charlas audiovisuales, en sociedades intermedias y colegios.
- Confección de folletería
- Difusión en medios periodísticos escritos y televisivos.

Monitoreo periódico de la línea de costa y playa mediante perfiles transversales.