Resumen:

Se utilizó un cañón de electrones basado en una descarga gaseosa de baja presión para la generación de superficies amorfas. Dicho cañón, similar a los utilizados para experimentos de excitación de láseres gaseosos, constaba en un cátodo frío de 7,5 cm de diámetro, que entregaba una corriente de hasta 100 A a 40 kV, depositando en la muestra densidades de energía de hasta 200 J/cm₂ en pulsos de 10 μs a 30 μs de duración. Dicha energía resulta más que suficiente para fundir superficies de muestras metálicas, que se enfrían rápidamente por disipación contra el sustrato y solidificando en una fase amorfa. El sistema permitía controlar tanto la tensión como la corriente del cañón, así como variar la focalización cambiando la distancia del cátodo al blanco. Luego de una búsqueda sistemática para distintos valores de los parámetros, se lograron identificar por disfracción de rayos X muestras con superficies amorfas en aleaciones de Mg-Zn

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